viernes, junio 03, 2005

Desde la muralla (en Urueña...)

- "Lo peor
y
lo mejor
de esta tierra,
es que no hay dónde esconderse..."
- Me susurró la musa al oído una de las veces que me encontraba en Urueña, viendo atardecer desde la muralla.

Desde entonces doy en manosear la frase a menudo en mi cabeza. A veces como hipotético principio de un poema atávico que jamás compongo. Otras como detonante de una reflexión sobre la esencia de estas gentes, errando, seguro, porque generalizo y topifico.

Pienso que semejante decorado tiene que influenciar grandemente el carácter de los personajes que en él actúan. Ya que, cuando no hay a donde huir, la resignación es una adaptación al medio y la sinceridad una lógica consecuencia. Esa facilidad para aceptar lo inevitable, incorporándolo a las propias carnes tal cual viene, sin digerirlo siquiera. La convicción de que para qué vas a mentir, si al final te las van a seguir dando todas en el mismo sitio, así que cuanto antes mejor...

Pudiera parecer desidia, o falta de iniciativa, o cobardía... No sé... Sin embargo, empeños sí ha habido en estos lares. Como la tozudez en elevar artificialmente la cota de su orografía, alzando campanarios para rezar o castillos para defenderse. Como la sistemática tala de sus árboles para plantar secano. Como la construcción de una carretera hídrica que va de ningún sitio a ninguna parte (Alar del Rey, Medina de Rioseco, Valladolid...: no os ofendáis, qué es un hijo vuestro quién lo dice). Pero al parecer, no ha sido suficiente, se sigue resoplando para recuperar el aliento perdido en un maratón que se corrió hace siglos...

Miro el paisaje... No es fácil gustar esta tierra. No entra por los ojos. No es inmediata. Es una madre dura que cuando abraza, o te sofoca de calor o te encoge de frío. A uno le tienen que haber parido aquí para querer esto.

A modo de fin, indicar que no se ha pretendido escribir un estricto ensayo histórico, social o económico, sobre un pasado, un futuro o un presente. Ni un panegírico nacionalista (que ya sé que todos tenemos madre y que todos la queremos mucho) o folklórico. Simplemente leí "Mi tierra" y me vino al recuerdo lo que siento en Urueña, desde la muralla. Hace tiempo que no voy, por cierto...


Bibliografía:

3 Comments:

At viernes, junio 03, 2005 9:26:00 a. m., Blogger GVG said...

Comienza a haber una coincidencia espiritual entre nosotros, eso auque parezca una tontería porque procedemos del mismo rincón, lo críticos literarios (les hay buenos y malos) dicen que es un primer síntoma de ser una generación literarea, la del 98 sentía cosas similares cuanod veían ciertos paísajes.
¿Quién sabe lo mismo mi plan B de hacer de nosotros esa generación perdida entre 2 siglos tiene elementos a estudiar? Y...a vender, palabra maldita.

 
At martes, junio 07, 2005 8:36:00 p. m., Blogger Fernando Díaz said...

Es curioso esta obsesión nuestra por Urueña y el paisaje castellano. Reconozco que además me sorprende aún más que todos hayamos ido el suficiente número de veces como para acordarnos y marcarnos de esta manera y al tiempo ninguno saber antes de ello nada de los otros.
Curioso, cuanto menos.

 
At miércoles, junio 08, 2005 12:24:00 p. m., Blogger GVG said...

Creo que debo volver a retocar nuestro manifiesto ligh de generación de nuevos escritores, hay cosas que ya van fraguando un poco más. Es como si aquel movimiento de Cuadernos comenzara a dar frutos más maduros.

Pensaremos

 

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