viernes, julio 01, 2005

Juego de los errores.

El escritor ha cometido, entre otros, el vicio gramatical de utilizar laísmo (emplear las formas "la" y "las" del pronombre "ella" para el dativo) en alguna de las frases del siguiente texto. Identifíquelos para solucionar el pasatiempo.

Marta llevaba tiempo dormitando por la sed, tenía la boca seca. Semiconsciente, sentía un roce suave y cálido en la piel que la endurecía los pezones, preguntándose por la placentera sensación, lentamente se supuso desnuda entre sábanas, extrañándose entonces de que no se hubiera puesto anoche el pijama. El sonido de las rítmicas respiraciones de Carlos al lado le trajeron los primeros recuerdos del día anterior: el encuentro del metro, el café de la tarde, la puesta al día de sus vidas, la llamada a casa diciendo que por un compromiso hasta el sábado no volvía, el vino de la cena, la charla nostálgica, las copas por la noche, el baile, el tacto, el beso, el coche, el apartamento, el culo de Carlos cabeceando entre sus muslos... "¡Dios!" Pensó abriendo de golpe los ojos. Ya situada suspiró, ahora estaba tomando anticonceptivos para regular el periodo, instintivamente, como quien hizo algo malo, decidió huir de allí. Se incorporó despacio y retiró con delicadeza la ropa de cama que la cubría, al ponerse en pie sintió un leve vahído y pinchazos en la cabeza y en el vientre, localizó el cuarto de baño fácilmente, estaba dentro del dormitorio y tenía la puerta abierta, entró, cerró la puerta sigilosamente, a palpas pulsó el interruptor de la luz, echó el cerrojo, se encorvó sobre el lavabo, abrió la llave del agua fría y bebió con ansia, el frescor colmó sus sentidos, llena, sintió más lacerantes el apremio de los pinchazos en el vientre, levantó la tapa del inodoro y se sentó en la taza a mear largamente, pasada la arrebatadora primera sensación de alivio se percató del ruido que estaba haciendo, por lo que graduó el caudal del chorro de orina, al objeto de minimizar el volumen sonoro que producía la cascada dorada al romper contra el remanso del fondo del retrete, vacía la vejiga, se limpió y tiró de la cadena, deseando que el bullicio no saliera de esas cuatro paredes, esperó a que se rellenara la cisterna para abrir la puerta cuando el aparato sanitario no emitiese ruido, callada la fontanería, apagó la luz y salió sin cerrar, miró hacia el lecho para comprobar que él seguía en sueños a pesar de sus escándalos matinales, Carlos dormía. Se concentró en localizar su vestimenta con la mirada, estaba tirada por el suelo, la fue recogiendo de puntillas, juntándola en el claro del cuarto que lindaba con la puerta de salida, así, de pie frente al durmiente, comenzó a vestirse sigilosamente, se puso las bragas haciendo equilibrios, luego el sujetador y la blusa, con las medias de la mano observó el sueño de Carlos, parecía un niño, apacible, tranquilo, mientras ella se tapaba para marcharse sola contra la mañana, sintió frío, pensó lo terrible que sería ponerse ahora los pantys, los dejó caer, se volvió a quitar el sostén pero por pudor mantuvo lo demás puesto, y de esa guisa se introdujo en el lecho de nuevo, destemplada con la escapada se juntó más a Carlos para recibir su calor, con cuidado de no despertarle se ensortijó a su brazo inerte, cerró los ojos, oliendo su cuerpo y escuchando la circulación de su aliento, así arropada, esperó a que despabilara.

... de MyA

5 Comments:

At lunes, julio 04, 2005 9:28:00 a. m., Blogger Juan Carlos said...

Esto no se hace, mamoncete, que yo sufro de ese mal del "la" y el "le" de las narices. Así que he pasado del pasatiempo y he vuelto a disfrutar del texto. Entona tu lubricidad un lunes por la mañana.

 
At lunes, julio 04, 2005 12:33:00 p. m., Blogger GVG said...

Se nos achaca a esa parte de Castilla de donde somos todos, pero aún nadie ha dado una explicación convincente como en una de las pátrias del Quijote se produce el hecho.

Lo importante como dice Juan Carlos un texto con la calidad de una buena novela, como las que se recomiendan de otros escritores que ya tienen su fama en los medios.

 
At martes, julio 05, 2005 1:03:00 p. m., Blogger Fernando Díaz said...

Muy, muy bueno, Fernando. Da gusto leerte. Eres un retratista de nuestras cotidianeidades, de nuestras miserias. Has ganado en madurez, en estilo...
De nuevo, muy bueno.

Coincido con Juan Carlos. Yo también ha pasado, como leista que soy. El texto lo merecía.

 
At jueves, julio 07, 2005 4:27:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me uno a los demás. No vas a conseguir engañarnos para hacerte el trabajo de corrector.
En cuanto al texto has elegido uno de los mejores fragmentos de MyA. Se disfruta por sí solo: no hace falta conocer el resto de la novela. Es genial.

 
At martes, julio 12, 2005 12:00:00 p. m., Blogger Félix H. de Rojas / Félix Hernández de Rojas said...

Me gusta cada vez más, ahora que lo releo.

Me gusta como consigues plasmar la emotividad de esta escena. Se vive desde dentro.

En cuanto a los laísmos, etc tú ya sabes que me cuesta bastante cazarlos. Ahora en Madrid, el oído mejora, pero no mucho.

 

Publicar un comentario

<< Home