jueves, junio 23, 2005



Vengo de andar un rato por el urbanismo digital que habéis creado. Humanos. He visto parte del fruto de vuestro ingenio...

Egoísmo puro.
Negocio abierto.
Vicio público.
Tolerancia cero.

Pregunto: ¿Estáis condenados a repetiros? ¿Todo lo que amasáis se impregna del indeleble hedor de vuestra huella? ¿Por qué se os han de parecer tanto las obras? ¿Es qué no pensáis nunca en superaros?...

Qué limitación la de los dioses, tener que crear a su imagen y semejanza.

Esto digo porque esto he presenciado. Ahora vuelvo a las andadas. Me queda mucho camino por recorrer, prácticamente infinito. Mejor, a saber qué es lo que encuentro. Puede que venga con otra opinión formada. Quién sabe. Sigo buscando.

(Sí. Ya sé que el que ahora os increpa consecuencia es también de vuestros actos... ¿De qué seré capaz?... Eso me aterra.)


YO, BLOG.



Rastro:

sábado, junio 11, 2005

Pajas mentales

A veces me canso de bajarme la bragueta,
sacar el pene,
incitarlo a que erecte,
frotar el pellejo contra el glande
y arrojar, entre espasmos, todo el esperma que tenga lo más lejos.

Así hasta dejar los testículos secos.

A ver si te salpico...
Sí... Te mancho... La cabeza...
A ti...
Y a ti...
O a ese...
Al de allá...
Incluso al que no se le ve casi...

Sería estimulante fecundar a alguien.

Qué pasa... Ya ves... El uso de la metáfora... Las pajas mentales...

Disculpad lo anatómico del vocabulario y lo soez del paralelismo... Pero es que últimamente me siento ridículo masturbándome en medio de toda la humanidad hispanoparlante... Ridículo de mostrar así mi intimidad... Y ridículo espantoso al comprobar que semejante exhibición pública no merece la atención de nadie.

Joder... Qué solo estoy en este universo.

viernes, junio 03, 2005

Desde la muralla (en Urueña...)

- "Lo peor
y
lo mejor
de esta tierra,
es que no hay dónde esconderse..."
- Me susurró la musa al oído una de las veces que me encontraba en Urueña, viendo atardecer desde la muralla.

Desde entonces doy en manosear la frase a menudo en mi cabeza. A veces como hipotético principio de un poema atávico que jamás compongo. Otras como detonante de una reflexión sobre la esencia de estas gentes, errando, seguro, porque generalizo y topifico.

Pienso que semejante decorado tiene que influenciar grandemente el carácter de los personajes que en él actúan. Ya que, cuando no hay a donde huir, la resignación es una adaptación al medio y la sinceridad una lógica consecuencia. Esa facilidad para aceptar lo inevitable, incorporándolo a las propias carnes tal cual viene, sin digerirlo siquiera. La convicción de que para qué vas a mentir, si al final te las van a seguir dando todas en el mismo sitio, así que cuanto antes mejor...

Pudiera parecer desidia, o falta de iniciativa, o cobardía... No sé... Sin embargo, empeños sí ha habido en estos lares. Como la tozudez en elevar artificialmente la cota de su orografía, alzando campanarios para rezar o castillos para defenderse. Como la sistemática tala de sus árboles para plantar secano. Como la construcción de una carretera hídrica que va de ningún sitio a ninguna parte (Alar del Rey, Medina de Rioseco, Valladolid...: no os ofendáis, qué es un hijo vuestro quién lo dice). Pero al parecer, no ha sido suficiente, se sigue resoplando para recuperar el aliento perdido en un maratón que se corrió hace siglos...

Miro el paisaje... No es fácil gustar esta tierra. No entra por los ojos. No es inmediata. Es una madre dura que cuando abraza, o te sofoca de calor o te encoge de frío. A uno le tienen que haber parido aquí para querer esto.

A modo de fin, indicar que no se ha pretendido escribir un estricto ensayo histórico, social o económico, sobre un pasado, un futuro o un presente. Ni un panegírico nacionalista (que ya sé que todos tenemos madre y que todos la queremos mucho) o folklórico. Simplemente leí "Mi tierra" y me vino al recuerdo lo que siento en Urueña, desde la muralla. Hace tiempo que no voy, por cierto...


Bibliografía: